Saɱyutta Nikāya
Sagathavagga
Bhikkhunisamyutta
Sutta 10
Sutta De Vajira
Traducción de José Manuel Alvárez Flórez
En Sāvatthi.
Por la mañana muy temprano, la hermana Vajira se vistió, cogió el cuenco y la túnica y fue a Savathi a hacer la ronda de limosnas. Cuando volvió, comió y luego fue al bosque del Ciego. Se adentró en él y se sentó a meditar al pie de un árbol.
Y Mara, el Malo, quiso infundirle miedo para que perdiera la concentración y no pudiera meditar. Y se acercó a ella y recitó estos versos:
—ḌQuién haría
a esta criatura?
ḌQuién sería?
ḌDónde estará?
ḌCuándo la haría?
ḌCuándo se deshará?
Y Vajira pensó primero:
ŪḌQuién habrá dicho eso?
ḌSerá humano o no será humano?Ṇ
Pero luego pensó:
ŪEs Mara el Malo, quiere infundirme miedo para que pierda la concentraciónṆ.
Y al comprender que era Mara el Malo, le contestó con estos versos:
—ḌCómo aceptas tú, Mara,
que hay Ūuna criaturaṆ?
ḌAcaso tomas posición?
No hay ser ni criatura
que definir aquí.
Lo mismo que integramos
con la palabra carro
lo que es sólo
un montaje de piezas que se van agregando,
así también cuando están presentes los agregados,
aceptamos la convención
de que existe un ser vivo.
Pero sólo hay tensión, dolor;
que llegan y se van,
tensión, dolor
de querer ser,
nacer,
envejecer,
morir,
sólo eso cuando cese cesará.
Entonces Mara el Malo dijo:
ŪLa hermana Vajira me conoceṆ.
Y se fue de allí, triste y abatido.